Los efectos negativos que las palomas, los gorriones y otras especies de aves pueden provocar sobre los edificios y las personas que los ocupan son tan variados como molestos. Agrupados en los siguientes apartados, se señalan los más frecuentes e importantes:
• Empeoramiento de las condiciones higiénicas del inmueble: El depósito continuado de excrementos, el cúmulo de restos biológicos y la presencia de ejemplares muertos, acompañados frecuentemente de desagradables olores y plagas de insectos, van empeorando las condiciones higiénicas del entorno.
• Transmisión de enfermedades infecciosas: Las aves no solo sufren enfermedades comunes a los seres humanos, sino que además constituyen un importante vehículo de transmisión de gérmenes desde los focos infecciosos (sobras de comidas, basuras, excrementos caninos, etc.) hasta los hombres.
Las aves son capaces de transmitir alrededor de 40 enfermedades diferentes a las personas. Entre ellas destacan la salmonelosis, las colibacilosis, la histoplasmosis y las diferentes parasitosis (sarnas, piojos, garrapatas, etc.). El contacto directo con los excrementos y la inhalación de los mismos en forma de aerosol son suficientes para llegar a ocasionar estos graves trastornos.
• Deterioro de los materiales constructivos: La acción química de los excrementos (con gran contenido en ácido úrico y ácido fosfórico) desintegra cementos y hormigón, piedra caliza y deteriora gravemente el resto de materiales.
Las aves, además, picotean los materiales deleznables (revocos de fachadas y cementos de tejados, por ejemplo) para conseguir los necesarios aportes minerales de los que son deficitarios en su dieta. Durante la construcción de los nidos, se avituallan de cables y otros elementos constructivos.
Una de las peores consecuencias de la actividad de las aves en los edificios deriva del progresivo acúmulo de excrementos en canalones y desagües que termina por provocar su taponamiento con la consiguiente aparición de goteras y humedades.
Por último, las estructuras de madera también pueden verse afectadas debido al desarrollo de flora fúngica y plagas entomológicas (incluidos xilófagos) que tienen su origen en nidos y excrementos.
• Otros efectos: La actividad de las aves supone una serie de molestias a los usuarios del inmueble: El ruido (sobre todo por la noche y a primeras horas de la mañana) provocado por sus movimientos y, especialmente, por sus arrullos; las manchas en la ropa; los olores desprendidos y el negativo efecto estético que supone la presencia de los excrementos son extraordinariamente desagradables.